Primera Comunión - ¿Sacramento o pantomima?
En el blog de esta semana, el P. Paddy cuestiona la mentalidad del “día especial” que domina la experiencia de la Primera Comunión y el gasto que significa para las familias.
El Padre León tiene una columna semanal en un periódico nacional.
Esta columna apareció en la edición digital publicada en mayo de 2017.
Durante el mes de mayo se celebra la Primera Comunión a lo largo y ancho del país.
El Día de la Comunión es un gran acontecimiento en la vida de cada niño y de cada familia.
La ilusión de los niños y su entusiasmo por la fe son Buena Noticia que me llenan de alegría.
Me parece inspirador cuando considero los grandes sacrificios y la generosidad que los padres ofrecen a sus hijos que se preparan para la Primera Comunión.
También saludo la fantástica preparación con respecto a la formación en la fe en nuestras escuelas primarias católicas.
Sin embargo, cuando se trata de cuál es la mejor manera de celebrar auténticamente el sacramento de la Primera Comunión , de hecho todos los sacramentos en la Iglesia Católica, tengo muchas preguntas.
En estos tiempos de escasez, más y más familias dependen de las tarjetas de crédito endeudando a la familia antes de la Comunión.
Cuando el enfoque en la Primera Comunión se convierte en algo adulto, nostálgico y secular, la Primera Comunión se convierte en un “Fiesta”.
Un día en el que el exceso de indulgencia sobre lo material, compensa a menudo la austeridad y la falta de muchos adultos, proyectada en vestidos ostentosos y fiestas extravagantes.
A menudo las familias trabajadoras de nuestra comunidad se endeudan con exceso para financiar el momento de cuentos de hadas de la Comunión para los niños, que termina en un gran problema para los adultos.
¿Realmente los padres de las escuelas católicas tienen una opción si desean que sus hijos celebren la Primera Comunión?
A pesar de la realidad de que hay menos niños en las bancos de la iglesia los domingos, más del 98% de los niños continúan recibiendo la Sagrada Comunión.
Me imagino que menos del 10% regresará el domingo siguiente para recibir la segunda comunión.
Una manera que sugiero para romper con la mentalidad de la “gran fiesta” es poner un énfasis mucho mayor en el papel de la parroquia en la celebración de nuestros sacramentos.
A menudo hay una clara desconexión entre el sacramento y la comunidad de fe. Por ejemplo, los bautismos rara vez se celebran en el contexto de la Misa dominical.
¿Por qué las parroquias no pueden ofrecer Misas dominicales, con un enfoque amigable para los niños, invitándolos a recibir la Primera Comunión?
Esto tal vez, les da a los padres la opción de decidirse y disminuye el enfoque en el “Fiesta” para una ocasión más llena de fe.
Los sacramentos son una fuente de alimento para ayudarnos a vivir el estilo de vida cristiano.
Uno de los aspectos muy positivos de la España moderna, me parece, es la llamada a la autenticidad y a la libertad de elección.
Para mí está claro que la Primera Comunión y muchos de los sacramentos necesitan una revisión fundamental de nuestras actitudes hacia ellos.
Si el “La Fiesta” es tan grande, ¿por qué tantas familias no traen de vuelta a sus hijos para la segunda, tercera, cuarta, etc.?
No estoy haciendo juicios, ni estoy de ninguna manera ignorando los sacrificios inspiradores hechos por los padres y el trabajo heroico de los maestros de primaria.
Si no lo pensamos seriamente, llegará el momento en que la Primera Comunión será cosa del pasado o, en el mejor de los casos, una pantomima.
Bueno este fue el artículo que el Padre León nos dejó para reflexionar sobre las Primeras Comuniones y lo que significan para nosotros los católicos.
Supongo que habrá papás y mamás que lo vean de otra manera. Dejarnos vuestra opinión, justo aquí debajo, en la sección de opiniones.
